Sonda Clementine
La falta de publicidad en torno a este lanzamiento espacial hizo que el controvertido investigador George Andrews hiciese el siguiente comentario: "Resulta curioso que la primera misión espacial estadounidense a la Luna en más de 21 años no haya recibido más de 5 centímetros de espacio en los principales periódicos de la nación". Andrews agregó que el coste total de la misión Clementine -75 millones de dólares- por lo menos debió haber llamado la atención de algún interesado en el presupuesto gubernamental. Según un teletipo de la agencia de noticias AP, la misión Clementine consistía en fotografiar nuestro satélite natural, así como otro "asteroide inespecífico" para probar nuevo material bélico cuyas características exactas jamás se dieron a conocer.
El brusco abandono de las misiones lunares por parte de las agencias espaciales fue todo un misterio. Se dijo que en la Luna no se hicieron descubrimientos excitantes, y que lo verdaderamente emocionante de la investigación espacial residía en las arenas rojas del planeta Marte. Aunque hay muchos que afirman que se siguieron enviando aparatos en secreto para ocultarle a la opinión pública toda clase de pruebas. La ciencia actual parecía saber prácticamente todo sobre nuestro viejo satélite natural. Al menos, eso parecía... Los estudios llevados a cabo por los programas espaciales norteamericanos y soviéticos desvelaron parte de sus misterios, pero las fotografías y los relatos de los astronautas sobre el terreno lunar abrieron el debate sobre la posible existencia de ruinas extraterrestres muy antiguas sobre la superficie de la Luna.
Gordon Cooper
En 1985, el astronauta Gordon Cooper, uno de los primeros que orbitaron la Luna, compareció ante un grupo de asesores de la ONU presidido por el entonces secretario general Kurt Waldheim, haciendo una alarmante advertencia: "Creo que... vehículos extraterrestres y sus tripulaciones nos están visitando desde otros planetas, y que están técnicamente un poco más avanzados que nosotros. Considero que necesitamos un programa de alto nivel para recoger y analizar la información referente a cualquier tipo de encuentro y para determinar la mejor manera de relacionarnos amistosamente con estos visitantes".
Según afirmó posteriormente, él mismo había estado en la periferia de las grandes regiones por las que "ellos" se movían.
Lo que el veterano astronauta no sabía era que a partir de aquellas alegaciones su vida iba a convertirse en un auténtico infierno.
La fotografía de esta espectacular cúpula fue tomada por la sonda soviética Zond-3, la estructura se eleva 10 kms sobre la superficie lunar. Según diversas fuentes, esta foto y otras similares, fueron una de las causas por las que los soviéticos abandonaron su programa espacial 3 años después.

Al observar las fotografías realizadas por las primeras sondas lunares enviadas en los comienzos de la carrera espacial, hay una en la que se ve lo que puede ser una especie de construcción de 2 kilómetros de altura, sumamente erosionada, a la que se denominó "Shard", a su lado se encontró un enorme cubo brillante flotando a unos 11 kilómetros de la superficie lunar (!)
La realidad del asunto es que la NASA jamás se olvidó de la Luna, ni siquiera durante los momentos más oscuros de los recortes presupuestarios realizados por el senador Bill Proxmire a finales de los años '70. Proxmire ordenó incluso la destrucción de las instalaciones y herramientas utilizadas para construir los enormes lanzadores Saturno V que llevaron el hombre a la Luna. ¿Con qué motivo?
Lanzadores Saturno V
Durante más de tres décadas la NASA invirtió miles de millones de dólares en investigaciones científicas, sin embargo, existían otras líneas de pensamiento que proponían hechos sumamente intrigantes, tales como el hecho de que el proyecto Apollo no había sido más que un elaborado "disfraz" de baja tecnología para ocultar el altamente sofisticado programa de exploración militar que efectuaba la misión verdadera.
Muchos llegaron al punto de acusar a la NASA de ocultar toda la información sobre la posible actividad alienígena en la Luna. Uno de los principales argumentos esgrimidos era la extraña circunstancia de que ambas superpotencias perdieron interés por la exploración lunar casi al mismo tiempo. El exitoso programa Lunakhod de la Unión Soviética tocó a su fin 7 meses después de que se produjera el despegue de la misión Apollo 17 en 1972.
El centro de mando espacial soviético en Baikonur perdió contacto con el Lunakhod 2 misteriosamente en las inmediaciones del cráter Le Monnier, a tan solo 160 kilómetros del punto de alunizaje del Apollo 17, ¿"casualidad"?...

Cráter Le Monnier
Sea lo que fuere, son muchos los que creen que el repentino interés por nuestro viejo satélite natural resulta demasiado sospechoso. Sobre todo teniendo en cuenta que en las recientes fotografías captadas por la sonda Clementine aparecen nuevamente figuras geométricas, grandes objetos esféricos, estructuras lineales y extrañas cúpulas sobre la superficie lunar.

Fotografía realizada por la sonda Clementine, en ella aparece una supuesta base lunar.
Desde el comienzo de la carrera espacial, las sondas lunares, tanto soviéticas como norteamericanas, habían sido vigiladas muy de cerca por una intensa actividad OVNI.
Cuando el 8 de abril de 1964 la NASA lanzó desde el Cabo Kennedy la primera cápsula Gemini con instrumental sensible, los observadores de radar vieron alarmados que cuatro OVNIs, que aparecieron a una velocidad de 40.000 km/h, igualaron su marcha con la cápsula y tomaron posición a su alrededor: dos encima, uno debajo y otro detrás. En esa ubicación la siguieron durante una órbita completa a la Tierra -1 hora y 15 minutos- alejándose después vertiginosamente en distintas direcciones.

Cápsula espacial Gemini
El 3 de noviembre de 1957 el Sputnik-2 entró en órbita terrestre llevando en su interior a la famosa perra Laika. Mil ochocientos observadores espaciales distribuidos por toda la URSS controlaban el vuelo. Al cuarto día, el Control de la Misión comprobó que el satélite había cambiado su órbita, situándose a 100 kilómetros por encima de la inicial. Al quinto día, y a pesar de que el cohete portador no había sido separado del satélite, un OVNI apareció precediendo al Sputnik, ante el asombro de los expertos soviéticos. Al octavo día, las transmisiones radioeléctricas del aparato fueron paralizadas por algún "intruso", y sólo 20 días después se reanudaron de manera inexplicable (?) Este hecho permitió a los soviéticos anunciar que el satélite estaba girando en torno a la Tierra en la órbita estipulada. La explicación de los expertos rusos fue escueta y cargada de interrogantes: algo o alguien desvió al Sputnik-2 de su órbita; algo o alguien lo precedió en el espacio y después lo secuestró, para volverlo a colocar finalmente en su órbita originaria.
La perra Laika en el interior de la cabina del Sputnik-2. Fallecería apenas 7 horas después del despegue, víctima de un ataque al corazón provocado por el pánico.
Por su parte, el Sputnik-4, lanzado el 15 de mayo de 1960, sufrió extrañas perturbaciones. Al tercer día descendió, escapando a la órbita predeterminada. Al quinto día se elevó misteriosamente y recuperó su distancia media a la Tierra -150 km-. Al sexto día fue seguido por cuatro OVNIs y después por cinco. Al octavo día perdió la dirección y 30 días después Moscú anunciaba que volvía a girar en su órbita normal.
¿Habrá sido cierto, entonces, el rumor de que los humanos habían sido expulsados de la Luna por entidades extraterrestres? Lo cierto es que los soviéticos y los norteamericanos nunca estuvieron solos en el espacio. Así lo atestiguaron las grabaciones y las declaraciones de los propios astronautas.
Astronautas Ed White y James McDivitt
En junio de 1965, los astronautas Ed White y James McDivitt estaban pasando sobre Hawaii en un vehículo espacial Gemini, cuando vieron un objeto metálico misterioso. El OVNI tenía unos largos brazos que salían de él. McDivitt tomó algunas vistas con una cámara de cine. La cinta nunca fue publicada.
Astronauta Edgard Mitchell
El astronauta del Apollo 14 afirmó durante una entrevista en 1971: "Todos nosotros sabemos que los OVNIs son reales. Lo que necesitamos saber es de dónde vienen".
Astronautas James Lovell y Frank Borman
En diciembre de 1965, estos astronautas, que tripulaban una Gemini, también vieron un OVNI durante la segunda órbita de su vuelo récord de 14 días. Lovell y Borman informaron que veían un aparato espacial no identificado a cierta distancia de su cápsula. El centro de control contestó que lo que veían era la última etapa de su cohete impulsor Titán. Borman confirmó que podía ver muy bien el cohete, pero que además veía algo completamente diferente.
Astronauta Eugene Cernan
Eugene Cernan fue el comandante del Apollo 17. En un artículo publicado en Los Angeles Times en 1973, comentó: "A mí se me han hecho preguntas y contesto públicamente que yo creo firmemente en la existencia de los OVNIs, son algo diferente, algo que proviene de otra civilización".
Astronautas Frank Borman, James Lowell y William Anders
El 21 de diciembre de 1968 mientras tripulaban el Apollo 8, un OVNI con forma de disco estuvo rotando alrededor de la Luna. Cuando contactaron con el centro de control se oyeron voces en una extraña lengua (!)
Astronauta Scott Carpenter
Scott Carpenter fue uno de los astronautas del Proyecto Mercury. Estas palabras las dijo en una conferencia: "En ningún momento los astronautas han estado solos en el espacio, siempre ha habido una constante vigilancia por los OVNIs".
Edwin Aldrin fotografió tres esferas brillantes a bordo de su nave Gemini en 1966. En 3 minutos tomó 15 fotografías en las que se ven a los objetos moverse.
Esta fotografía fue tomada por la tripulación de la misión Apollo 13, muestra un objeto con forma alargada cerca de la Luna .
Fotográfia tomada por la misión Apollo 12, en ella, una extraña luz pasa sobre la superficie lunar.
Neil Armstrong y Buzz Aldrin fotografiaron estas extrañas luces sobre la superficie de la Luna.
Frank Borman fotografió estas dos esferas luminosas durante el vuelo del Gemini 7. Las luces son similares a las que vieron y fotografiaron años después los astronautas del Apollo 11.
Fotografía obtenida por el astronauta Pete Conrad durante el vuelo espacial Gemini 11.
Impresionante objeto sobre la superficie lunar, la fotografía fue tomada por el módulo de mando de la misión Apollo 12.
Esta fotografía fue tomada por la misión Apollo 12, en ella, una extraña luz pasa sobre la superficie lunar. Durante la misión fueron tomadas varias fotografías similares.
Esta fotografía fue tomada por Neil Armstrong poco antes de descender sobre la superficie lunar.

Filmación obtenida por la misión Apollo 16. El extraño objeto que se observa fue capturado en el film por el astronauta John W. Young, cuando tomaba imágenes por la escotilla. Esta es una de las posibles pruebas del seguimiento por objetos desconocidos que sufrieron las misiones Apollo.
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Video tomado por los astronautas de la misión Apollo 12. Se observa claramente cómo un objeto desconocido pasa rápidamente sobre la superficie lunar. Además, al principio del video se observa un destello en la superficie. ¿Habría alguna relación entre ambos fenómenos?
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Mientras filmaban la superficie de la luna, la cámara tomó la sombra de un objeto que pasaba muy cerca de la superficie lunar. El video fue oscurecido para resaltar la sombra.
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Filmación obtenida desde la lanzadera espacial Discovery durante la misión STS96, en mayo de 1999. Un objeto luminoso y parpadeante cruzó delante de la cámara cuando los astronautas filmaban uno de los paneles solares.
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Filmado durante la misión STS 51, en noviembre de 1984. Un extraño objeto globular se detiene a "observar" las maniobras del transbordador Discovery.
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Mientras los astronautas ponían a punto el telescopio espacial Hubble, un misterioso objeto seguía de cerca las operaciones.
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Existe también la creencia muy arraigada de que la misión Apollo 13 (inmortalizada por la película del mismo nombre protagonizada por Tom Hanks) casi fue destruida por un haz de energía disparado por un OVNI.
Lo cierto es que antes de que sucediera la famosa explosión a bordo del Apollo 13, la tripulación obtuvo varias fotografías de objetos extraños cerca de la Luna. Una de ellas muestra un objeto con forma de cigarro.
No obstante, "algo" había disparado a nuestros astronautas. Un objeto parecido a un proyectil, con una rapidez inverosímil para las condiciones lunares, surcó el espacio justo sobre las cabezas de David Scott y James Irwin de la misión Apollo 15, mientras que los tripulantes del Apollo 16 fueron sorprendidos por el destello de un haz de luz sobre el cielo de la Luna.
Más alarmante aún fue el encuentro cercano con lo desconocido que tuvieron los astronautas del Apollo 17, Gene Cernan y Harrison Schmitt. Una fuerza invisible hizo explotar la antena de alta frecuencia de su vehículo lunar. La transcripción de las comunicaciones entre los astronautas y el módulo de mando, que permanecía en órbita, continúa siendo un misterio: "Sí, explotó. Algo voló sobre nosotros justo antes... todavía..." mientras que el otro astronauta responde: "¡Dios! Pensé que nos había impactado un... un... ¡miren aquello!" El intercambio de palabras entre los astronautas queda interrumpido por la voz del control en Houston, asegurándoles que otras misiones habían experimentado el mismo fenómeno (!)
Tripulación del Apollo 17
Durante 1965, el FBI supo de una fuente confidencial que un informador de la NASA estaba "filtrando" encubiertamente información sobre OVNIs. Los receptores eran dos personas de Pittburg que, según el FBI, tenían interés en estos temas. En un expediente del FBI, con fecha del 2 de septiembre de 1965, se dice: "La fuente cree que la información puede ser clasificada. Por ejemplo, la fuente dijo que [censurado] había visto una filmación en la que se veía un misil separándose de un OVNI que aparecía en la pantalla. Antes del vuelo del Gemini 4, [censurado] dijo que veía algo interesante, porque la nave espacial tenía a bordo dispositivos para detectar OVNIs...".

Según declaraciones hechas por el doctor Farouk El-Baz, prestigioso geólogo de la NASA, los extraños objetos debían ser catalogados como OVNIs, puesto que no existían naves soviéticas ni estadounidenses capaces de alcanzar velocidades tan vertiginosas.

Dr. Farouk El-Baz
El Pentágono, la NASA y los organismos de seguridad vinculados a los programas del espacio conocían a fondo el problema que debían afrontar los artefactos que salían de la Tierra.
A esas alturas era evidente que algo o alguien NO HUMANO vigilaba sistemáticamente la Tierra. Un satélite no identificado, que orbitaba en sentido inverso a la rotación del planeta fue visto a principios de 1951 por W. Marcowitz, científico del Observatorio Naval de los Estados Unidos. Dos años después, el doctor Lincoln La Paz, de la Universidad de Nuevo México, denunció que dos extraños satélites orbitaban a una altura aproximada de 640 y 960 kilómetros respectivamente.
Ante lo inusitado del anuncio, las Fuerzas Armadas intervinieron inmediatamente y se autorizó al famoso astrónomo Clyde Tombaugh -descubridor de Plutón- para que investigara aquel fenómeno. Poco después Tombaugh confirmó la versión de La Paz, pero la sombra del "Alto Secreto" sepultó el caso.
Del 14 al 21 de junio de 1959 un enorme objeto de 35 kilómetros de diámetro circundó la Luna a una altura aproximada de 2.000 kilómetros, cumpliendo cada órbita en 35 minutos. Transcurridos 8 días, el insólito visitante dejó de mostrar su sombra sobre los cráteres lunares y desapareció tal y como había llegado.
PREGUNTAS SIN RESPUESTA
En la década de los '70, una serie de artículos de prensa sugirieron la posibilidad de que los primeros astronautas habían encontrado naves e instalaciones extraterrestres tanto en el Mar de la Tranquilidad como en otros puntos de la geografía lunar.

Según señaló J. Goodovage en 1974 "En los últimos años más de 200 estructuras blanquecinas, circulares y con forma de cúpula, han sido observadas sobre la Luna y catalogadas pero, por alguna extraña razón, a menudo desaparecen de su lugar para reaparecer en otro".
Esta otra la imagen muestra una cúpula supuestamente de cristal de gran luminosidad en la región lunar llamada Sinus Medii, la fotografía fue tomada por la sonda Surveyor 6 el 24 de noviembre de 1967.
También se veían líneas rectas luminosas que surcaban la superficie remontando cráteres y montañas manteniendo siempre su orientación durante cientos de kilómetros.
Incluso había un puente que cruzaba la zona del Mare Crisium, y que alcanzaba los 18 km de longitud. Este puente no se mantenía siempre en el mismo lugar, y para algunos astrónomos su origen sólo podía ser artificial.

Mare Crisium
En 1966, el profesor norteamericano W. Blair accedió a fotos secretas de la NASA correspondientes a la misión Orbiter-2 de abril de ese mismo año. En ellas descubrió monumentos de más de 200 metros de altura distribuidos de forma geométrica por la superficie Lunar.
Incluso las transcripciones de las conversaciones entre Houston y las distintas expediciones lunares apuntaban la posibilidad de que los intrépidos astronautas se encontraban en una situación muy comprometida.
El día de navidad de 1968, se produjo un evento extraordinario. Mientras la cápsula Apollo 8 circunvalaba la esfera lunar, las comunicaciones quedaron interrumpidas por un espacio de 6 minutos que parecieron interminables.

Astronauta James Lovell
Transcurrido aquel tiempo, los controladores en Houston pudieron escuchar que el astronauta James Lovell decía: "Acaban de decirnos que Papá Noel existe". Mientras los aparatos clínicos en tierra comprobaban que el pulso del astronauta había saltado repentinamente a 120 pulsaciones por minuto, habiendo permanecido en la gama normal antes del percance.
El alunizaje de la misión Apollo 11 en el Mar de la Tranquilidad fue caracterizado por la singular "serenata" de sonidos -semejantes a los silbidos de un tren y a ruidos de maquinaria- que interrumpieron el canal de comunicación segura entre el Módulo Lunar y el CAPCOM en Houston, haciendo que este último preguntara a los astronautas "si tenían compañía allá arriba".
De hecho, cuando el Apollo 11 entraba en órbita alrededor de la Luna y comenzaban todos los preparativos para que el módulo Eagle alunizara sobre la superficie. La rutina de los preparativos técnicos fue interrumpida por una llamada de la Misión Central de Houston previniendo a los astronautas de algo insólito que debían tratar de comprobar: al parecer varios astrónomos aficionados habían telefoneado a la NASA para informar que estaban viendo un fenómeno extraño en las inmediaciones del cráter Aristarco, muy cerca de la órbita de la nave estadounidense. Tras recibir la orden, Neil Armstrong, sin pensárselo un segundo, fue hacia una de las ventanillas del modulo, observando en las cercanías del cráter en cuestión "un área considerablemente más iluminada que las zonas de alrededor. Parece que tiene algo de fluorescencia". Sorprendentemente, tras el final de la misión, Houston no se pronunció nunca sobre la naturaleza de este y otros avistamientos de luces extrañas durante aquel vuelo espacial, si bien posteriores mediciones del cráter Aristarco pusieron de relieve que en la zona existían unos niveles de radioactividad de difícil explicación.
Sin embargo, un antiguo empleado de la NASA, llamado Otto Binder, aseguró que algunos radioaficionados habían recogido casualmente el siguiente diálogo con sus propios equipos VHF el día de la llegada del Apollo 11 a la Luna:
[ESCUCHAR LA CONVERSACIÓN]
Esta historia también fue confirmada 10 años después por Maurice Chatelain -experto en comunicaciones de la NASA-. Chatelain ratificó en una entrevista que un retardo de tiempo en la transmisión del diálogo entre el centro de control y el Apollo 11 permitió a la NASA censurar la información referente a los "visitantes".
Obviamente la Agencia Espacial no le iba a mostrar a la quinta parte de la población mundial las imágenes de aquellos "visitantes" que se les habían adelantado. Esto explicaría porqué a los pocos minutos del alunizaje, justo cuando surgieron los primeros indicios de que allí estaba sucediendo "algo" fuera de lo normal, extrañamente la transmisión de la señal se interrumpió y los periodistas que estaban cubriendo el acontecimiento fueron invitados a salir de las salas de transmisión de las diferentes estaciones espaciales de seguimiento. A continuación, las imágenes que llegaban a la Tierra fueron codificadas y posteriormente censuradas.
El 21 de agosto del 2004, Santiago Vázquez, periodista de Televisión Española que retransmitió la llegada del Apollo 11 a la Luna desde la estación espacial de Fresnedillas (Madrid), afirmó en una entrevista para el programa de radio Milenio3, que los más de 60 reporteros de todo el mundo que estaban congregados fueron invitados a abandonar la sala durante varios minutos justo cuando aparecían en las pantallas de los monitores "cosas raras".
Por otra parte, Neil Armstrong informaría al investigador Timothy Good que no se registró, ni se encontró, ni se vió ningún objeto durante la misión Apollo 11, ni en ningún otro vuelo Apollo que no fuese natural. Sin embargo, posteriormente cierto profesor que desea permanecer en el anonimato, entabló una conversación muy viva con Armstrong durante una conferencia en la que el astronauta relató todo lo contrario:
Profesor: ¿Qué ocurrió realmente con Apolo 11?
Armstrong: Fue increíble; claro, siempre supimos de la posibilidad, pero el hecho es que nos advirtieron que debíamos irnos. Nunca se nos dijo nada sobre una estación lunar...
Profesor: ¿Qué quiere decir con eso de que "nos advirtieron que debíamos irnos?
Armstrong: No puedo entrar en detalles, excepto para decir que sus naves eran muy superiores a las nuestras en tamaño y tecnología.
Profesor: ¡Pero la NASA tuvo otras misiones después de Apolo 11!
Armstrong: Naturalmente, la NASA estaba comprometida en esa época y no podía arriesgarse a desatar el pánico en la Tierra, pero sí, fue algo rápido y nuevamente de regreso.
Según el Dr. Aleksandr Kasantsev, Buzz Aldrin grabó una cinta en color de los OVNIs que se encontraban cerca del módulo.
Armstrong confirmó la veracidad de aquella historia, pero declinó revelar ningún detalle argumentando que la CIA estaba detrás de todo aquello. A partir de ahí, parece ser que el código de silencio que rige entre los astronautas del proyecto Apollo hizo su efecto. Collins, calla, y Neil Armstrong se niega a conceder más entrevistas: "No me hagan ninguna pregunta y yo no les diré ninguna mentira", dijo en una ocasión. Una frase bastante significativa...

Aquellos hombres no fueron los únicos que se enfrentaron con lo imposible en la superficie lunar. El 26 de julio de 1971, los astronautas del Apollo 15, David Scott, Alfred Worden y James Irwin, exploraban las Montañas Appenine. Lo que sigue fue la conversación que mantuvieron con el Control de la Misión:
Scott: La punta de flecha va de este a oeste.
Houston: Roger, os copiamos.
Irwin: Vemos bloques aquí abajo, descenderemos por la ladera.
Houston: Solamente seguir los bloques.
Irwin: De acuerdo, estamos (ruido). Sabemos que es una situación completamente buena. Estamos tomando 320, con un radio de acción de al menos 413... No puedo ver dónde terminan las alineaciones, ocurre lo mismo que en el Monte Hadley.
Scott: No puedo creerlo. Esto es realmente espectacular!
Irwin: Verdaderamente son bellos.
Scott: Hablales de la organización!
Irwin: Son las estructuras más organizadas que he visto jamás!
Scott: Es (ruido) semejante a lo ancho.
Irwin: Nada de lo que hemos visto antes muestra tal uniformidad y consistencia desde arriba hasta la parte trasera de los bloques.
Módulo de alunizaje del Apollo 15.
¿Qué eran esos "bloques"? ¿Por qué hablan de "estructuras organizadas"? ¿Quién las hizo? ¿De dónde vinieron? ¿Tiene la NASA una respuesta para la gente?
Igualmente, el 16 de abril de 1972, los astronautas del Apollo 16, Charles Duke, Thomas Mattingly y John Young se encontraron con extrañas cúpulas y túneles cuando exploraban las llanuras Descartes:
Duke: Estos dispositivos son increíbles. No estoy con el indicador.
Young: O.K., pero va a ser difícil subir al puente.
Duke: Lo cogiste... YOWEE!... John, te digo que esto de aquí es algún tipo de señal. Tony, los bloques están cubiertos... el fondo está cubierto con bloques alrededor de 5 metros. Además los bloques parecen estar en una determinada orientación, de noreste a suroeste. En los dos lados van hasta arriba de la pared y en el otro lado apenas se puede ver un cinco por ciento. El noventa por ciento del fondo está cubierto con bloques de unos 50 centímetros y más grandes.
Houston: Bien mostrado. Parece un secundario...
Duke: Correcto... el azul que describí desde la ventana del módulo lunar es de color porque tiene una especie de vidrio revestido, pero debajo del vidrio es cristalino... la misma textura que en Genesis Rock... Mi señal está muerta.
Young: Señal abierta.
Duke: No lo puedo creer!
Houston: Dover. Dover. Comenzaremos EVA-2 inmediatamente.
Duke: Deberíais enviar un par de chicos más aquí arriba. Podrían intentar (ruido).
Houston: Parece familiar.
Duke: Te lo digo, aquellos EMUs y PLSSs son realmente fantásticos!!
Esta cúpula fue fotografiada al norte de la región de Mare Crisium por los astronautas del Apollo 10.
En la imagen se puede apreciar un punto luminoso anómalo y lo que parece ser una segunda cúpula.
Diversos análisis fotográficos revelaron que la estructura es transparente y que posee una luminosidad distinta a la de su entorno. ¿Se encontraron con algo parecido los astronautas del Apollo 16?
Duke: Lo sentimos bajo nuestros pies. Es un punto suave. Más firme. Si este lugar tuvo aire, seguro que fue hermoso. Es hermoso con o sin aire. El escenario desde la cima de Stone Mountain, tendrían que estar aquí para creer ésto. Esas cúpulas son increíbles!!
Houston: O.K., ¿podrías echar un vistazo a esa área y ver que puedes ver en la cara?
Duke: Más allá de las cúpulas, la estructura va casi hasta el barrranco que describí y una va hasta la cima. En la pared noreste del barranco no se puede ver la delineación. Al noreste hay túneles, al norte alrededor de 30 grados.
Es obvio que los astronautas hablan en código para ocultarle a la opinión pública lo que verdaderamente estaban viendo. Sin embargo, la pregunta es: ¿por qué tantos gritos de entusiasmo? ¿Se debe simplemente por recoger piedras lunares, como la NASA pretende hacernos creer? ¿O tal vez encontraron algo mucho más sustancial?
Pocos días después, estos los astronautas fotografiaban una especie de "torre" de una altura bastante considerable al borde de una ladera. ¿Cuál fue su verdadera misión?

El descubrimiento de aquella extraña e inquietante estructura no fue un hecho aislado.
El 14 de febrero de 1973 la agencia de noticias UPI se hizo eco de una noticia difundida por el prestigioso servicio de información soviético TASS. Al parecer, el Lunakhod-2 había descubierto una losa de piedra inusualmente lisa en las cercanías de las montañas Tauro, casi parecida al tabique de una construcción humana. Por lo visto, la losa guardaba un parecido extraordinario al célebre monolito descrito en la novela "2001: Una Odisea en el Espacio" de Arthur C. Clarke.

Fotograma de la película "2001: Odisea en el Espacio"

Glenn Seaborg
En diciembre de 1969, el físico nuclear Glenn Seaborg, que ejercía el cargo de presidente de la Comisión de Energía Atómica de los EEUU (AEC), manifestó durante una visita a Moscú que la misión Apollo 11 había descubierto "huellas sospechosas" en la cara oculta de la Luna... huellas que parecían haber sido hechas por alguna clase de vehículo.

Esta declaración no sorprendió en lo más mínimo a mucha gente, especialmente a los astrónomos encargados de catalogar los "Fenómenos Lunares Transitorios" y la aparición y desaparición de distintivos extraños en la superficie de nuestro satélite.
Desde el siglo XVIII, la comunidad astronómica venía interesándose por las luces que podían ser vistas en ciertos cráteres y regiones lunares. Concretamente en 1879 la Real Sociedad Astronómica Británica emitía un inusual mensaje a todos sus miembros expresando el deseo de recibir en su sede cualquier informe que presentara alguna observación anómala en la superficie de la Luna. La respuesta no se hizo esperar, durante los 2 años siguientes, las oficinas de la Real Sociedad se vieron literalmente inundadas por una avalancha de relatos en los que de describían desde la observación de luces que recorrían el interior de ciertos cráteres, hasta explosiones de cierta magnitud. El apabullante número de informes recibidos -que superó los 2 millones- obligó a la Sociedad Astronómica a cancelar su proyecto de análisis y a no emitir ninguna opinión concluyente al respecto.

En cualquier caso, lo que realmente puso de manifiesto aquella unánime reacción de los astrónomos británicos es que ninguno de aquellos relatos resultaba nuevo o extraño a los ojos de aquellos expertos. No en vano, en 1787 el prestigioso Willian Herschel -descubridor de Urano-, ya había hablado de sus extrañas observaciones lunares denunciando sin pudor haber visto la erupción de 3 volcanes sobre su superficie, al menos pensó que de eso se trataba... "Los he detectado en diferentes lugares de la parte oscura de la Luna nueva. Dos de ellos están casi ya extintos o, en cualquier caso, en estado de cercana erupción que quizás se produzca en la próxima lunación. El tercero muestra una erupción actual de fuego y materias luminosas". Dos años después de esta "confesión", el eminente astrónomo alemán Schroeter declaró haber visto, sin genero de duda, "Un brillante estallido de luz, que estaba compuesto de muchas chispas pequeñas y separadas que se movían todas juntas en línea recta hacia el norte del Mare Imbrium y otros lugares de la superficie de la Luna".
En 1848, el notable astrónomo alemán Gruithuisen, afirmó haber descubierto en la parte meridional del hemisferio visible de la Luna las huellas de ciudades Selenitas. Afirmando haber visto manchas verdosas en el interior de algunos cráteres que se desplazaban irregularmente y que el astrónomo no dudo en identificar como vegetación o incluso como plagas enormes de insectos. Pero Gruithuisen no fue el único en defender semejantes "erejías". En 1885 otro astrónomo, esta vez Thouvelot, creyó haber localizado otro grupo de ruinas cerca del cráter Petico.

El cráter Ukert, con un triángulo equilátero perfecto dentro de él. Este cráter se encuentra cerca del centro de la Luna y es fácilmente visible desde la Tierra. Incluso durante Luna llena, el extraño triángulo puede verse a través de unos simples prismáticos.
Todos ellos son relatos incuestionables. No solo por la reconocida profesionalidad científica de quienes lo enunciaron, sino porque se amparan dentro de una amplísima casuística de detección de todo tipo de luces, cúpulas, puentes y un sinfín de registros visuales de similar grado de extrañeza para los que la ciencia todavía no tiene una explicación convincente.

Comunmente los "Fenómenos Transitorios Lunares" -como los llama la ciencia-, se observan en el lado brillante de la cara visible de nuestro satélite y casi siempre se trata de luces blancas del tamaño de una estrella -aunque también hay registros de luces rojas, amarillas y azuladas- cuya permanencia sobre la superficie varia entre unos segundos y varios días. Desde el siglo VI hasta hoy el número de incidentes de este tipo catalogados por astrónomos privados como Winfried S. Cameron supera los 2.000, entre los que se incluyen frecuentes avistamientos de luces intermitentes como si alguien intentara mandar una señal Morse a la Tierra. Por otra parte, uno de los últimos y más completos listados "oficiales" de Fenómenos Transitorios Lunares, elaborado por la NASA en julio de 1968, recogía la nada despreciable cantidad de 579 incidentes ampliamente documentados entre noviembre de 1540 y octubre de 1967.
Muchos de esos incidentes hacen referencia al cráter Aristarco, que a lo largo del siglo XIX hizo gala de luces blancas de gran brillantez que fueron catalogadas como ilusiones ópticas hasta que un grupo de observadores las vio despegar de la superficie del cráter.
Este cráter, claramente visible desde la Tierra, continuó siendo una fuente de actividad extraña hasta bien entrada la década de los '60.
Pero los elementos extraños no estaban circunscritos al cráter Aristarco. El cráter Platón -uno de los más visibles a simple vista desde la Tierra- mostró luces parecidas a las de una procesión de vehículos.

Cráter Platón
Incluso los propios tripulantes del Apollo 8 observaron que el Monte Pickering, situado entre los cráteres Messier y Pickering, emitía haces de luz.
Todo esto parecía indicar que lo escrito sobre este cuerpo celeste supuestamente muerto estaba equivocado, o que sus "ocupantes" estaban sumamente atareados.
A mediados de los años '70, con el programa espacial tripulado de los EEUU en situación de inactividad, aguardando la llegada del transbordador espacial, y con el recuerdo de las misiones lunares desapareciendo paulatinamente de la memoria del público, varios antiguos empleados y asesores de la NASA comenzaron a formular sus propias opiniones sobre lo que había sucedido a un cuarto de millón de millas de la Tierra durante los lanzamientos del proyecto Apollo.
La prensa de aquellos días inevitablemente publicó notas extensas sobre las conversaciones sostenidas entre los astronautas y el control de tierra, haciendo hincapié en los incidentes anómalos y fenómenos extraños e inesperados.

El doctor Maurice Chatelain, antiguo jefe de comunicaciones de la NASA, expresó la creencia controvertida de que tanto las misiones lunares soviéticas como estadounidenses habían sido "vigiladas" por OVNIs. Algunos investigadores civiles también manifestaron su parecer con sugerencias atrevidas, pero ninguna tan sorprendentes como las vertidas por George Leonard, investigador profesional que había trabajado para varias dependencias del gobierno. En su libro "Somebody Else is On the Moon" (Hay alguien más en la Luna), analizaba las miles de fotografías de la superficie lunar tomadas por la NASA llegando a una sorprendente conclusión.

¿Carreteras y túneles en la Luna?
La teoría de Leonard era que la Luna estaba habitada por una raza inteligente de origen extraterrestre cuyas actividades eran claramente visibles a los instrumentos de nuestros astrónomos... actividades que fueron la razón verdadera de la "carrera por alcanzar la Luna" en los años '60.
Las fotos, según Leonard, presentaban la evidencia de enormes dispositivos de excavación extraterrestre de hasta 7 metros de diámetro, así como otros aparatos que supuestamente circulaban por la superficie lunar. Las más impresionantes de estas estructuras eran las enormes "torres" que parecían proyectar sombras cuya extensión se medía en kilómetros.

Las torres parecían estar compuestas de un material completamente ajeno a la roca lunar que les rodeaba.
"La Luna está firmemente bajo el control de quienes la ocupan", escribió Leonard en su obra. "Su presencia es visible por doquier: en la superficie, en la cara visible y en la cara oculta, en los cráteres, en los mares y en los altiplanos. Están cambiando la faz de la Luna. La sospecha o el reconocimiento de esta evidencia fue lo que disparó los programas de exploración rusos y estadounidenses, que más que competencia, parecía que mantenían una cooperación desesperada".
Otras notas periodísticas se concentraron en aspectos igualmente controvertidos, como la enorme discrepancia entre las edades de las distintas rocas lunares recolectadas en distintas partes del satélite, aspectos tratados exhaustivamente por el astrónomo Don Wilson en sus libros "Our Mysterious Spaceship Moon" (1975) y "Secrets of Our Spaceship Moon" (1979).

La tesis de Wilson se relacionaba con la posibilidad, señalada por el astrónomo Gordon McDonald en 1962, de que nuestro satélite fuese un cuerpo completamente hueco, dada la densidad reducida de su interior. Debido a la imposibilidad de tener cuerpos celestes huecos, los científicos rusos Vasin y Scherbakov lanzaron la intrépida hipótesis sobre el origen artificial de la Luna.
En junio de 1985 el investigador norteamericano Willian Corliss hizo acopio de estas y otras "irregularidades" no resueltas por la NASA en el transcurso de sus proyectos Lunar, Orbiter y Apollo, enunciando en su obra "The moon ander the planet: A catalog on astronomical anomalies" más de 60 categorías distintas de fenómenos extraños relacionados con la Luna. Así, entre las más espectaculares se encontraban las que hacían referencia a su órbita irregular que pretendieron explicarse gracias a perturbaciones gravitacionales de origen no identificado.
Las propias misiones Apollo pusieron de relieve la existencia de un campo magnético irregular alrededor de la Luna que incluso se podía encontrar en los materiales tomados del satélite.
No está claro como pudieron originarse semejantes índices de magnetismo en este pequeño cuerpo astronómico, incapaz de contener un núcleo de metal caliente o fundido. Incluso los propios ingenieros de la NASA señalaron que la Luna no gira lo suficientemente veloz como para crear un efecto dinamo sobre los minerales lunares. En 1975 el investigador norteamericano Don Wilson, publicó un libro titulado "La Luna una misteriosa nave espacial", en el que además de acusar a la NASA de ocultar información obtenida durante sus misiones en la Luna, concluía que nuestro satélite era en realidad una especie de gigantesca nave espacial, esférica en cuyo núcleo se encontraba una colosal base extraterrestre.
A finales de la década de los '70, la fiebre producida por las anomalías lunares había menguado considerablemente y no volvió a comentarse nada sobre ellas hasta 1996, cuando el investigador Robert Hoagland presentó una serie de fotografías realmente curiosas en una conferencia celebrada en el National Press Club de la ciudad de Washington, D.C.
El ex-piloto de pruebas de la NASA, Ken Johnson, los geólogos Ron Nicks y Brian Moore y el mismo Hoagland denunciaron que muchas de la fotos lunares tomadas por la misión Apollo 12 indicaban peculiaridades que jamás habían sido tomadas en cuenta: estructuras casi sacadas de la fantasía con nombres tales como "El Palacio de Cristal" (fotografiado a una altura de 5 kms sobre la Luna, cerca del cráter Hyginus) y "El Castillo" - una enorme estructura vítrea flotando sobre la superficie lunar a más de 3 kms de altura. Los comunicados de prensa emitidos por este grupo apuntaban: "Estas películas oficiales de la NASA, analizadas por espacio de 4 años con tecnología que no existía hace 30, cuando se tomaron las originales, representan la prueba innegable de la existencia de estructuras artificiales de gran antigüedad en la Luna".
continua...