Ooparts

Estaríamos sendo visitados por EBEIs desde os tempos mais primórdios? Este setor é dedicado à discussão de supostos vestígios ufológicos nos registros mais primitivos (desenhos, construções e escrituras).

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omega
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Ooparts

Mensagem por omega »

Creo que este post no se ha subido aún, es un tema que me gusta y que aporta datos para la compresión de una posible tenología llegada desde el cosmos y dejada intencionalmente en la antiguedad, mediante la cual, reafirma la teoría de un pasado en donde los humanos convivieron con et´s.

Oopart es el acrónimo en inglés de Out of Place Artifact (literalmente, Artefacto fuera de lugar). Es un término acuñado por el zoólogo americano Ivan T. Sanderson que hace referencia a objetos paleontológicos y arqueológicos encontrados en lugares y circunstancias muy extraños o incluso imposibles para la arqueología o paleontología tradicionales.

El término alude a una amplia gama de objetos, principalmente aquéllos que se han encontrado en lugares donde se creía imposible por sus características o porque no haya objetos similares de la misma procedencia. También pueden ser los que no pertenecen a su época, es decir, objetos demasiado modernos o complejos pero que están datados en épocas muy antiguas que no les corresponden.

Muchas veces, los creacionistas aluden a este tipo de objetos para refutar la Teoría de la Evolución. Los oopart también sirven como base para la teoría de que la civilización humana fue fundada por alienígenas, y que las civilizaciones antiguas poseían conocimientos científicos en determinadas áreas al menos tan avanzados como los actuales.

Los escépticos dicen que los oopart responden a una malinterpretación de estos objetos.

* En el siglo XVI, año 1572, un clavo de hierro de 18 centímetros, fue encontrado en la roca de una mina del Perú. Se regaló de recuerdo al Virrey español del Perú.
La antiguedad de la capa geológica de donde se había sacado se estima entre 75 000 y 100 000 años.

* Entre 1786 y 1788, cerca de Aix-en-Provence, varios hallazgos se hicieron en una cantera de calcáreo, donde las capas de rocas alternan con estratos de arena y arcilla.
A unos quince metros bajo el nivel del suelo, en una capa de arena, unos obreros encontraron primero trozos de columnas y bloques labrados ; luego más abajo, piezas metálicas parecidas a monedas, mangos de herramientas de madera petrificada y una gran tabla de madera también petrificada.
El conjunto tendría 300 millones de años, si se admiten las teorías clásicas de la geología, en cuanto a la formación de las rocas y el plazo de petrificación.

* En el año 1844, en Escocia, entre los ríos Tweed y Rutherford, a 2,5 metros de profundidad unos obreros encontraron un hilo de oro incrustado en la roca.
Fue expuesto en la sede del periódico local, el Kelso Chronicle.

* Otro clavo de hierro fue encontrado, a mediados del siglo XIX, año 1845, en un bloque de piedra de la cantera escocesa de Kingoodie, su cabeza medía 2,5 centímetros. Estaba en contacto con una capa de grava y ligeramente corroída, mientras el resto del clavo seguía empotrado en la roca.

* En 1851, en Dorchester ( Massachusetts ), durante una operación de minado, las dos partes de un vaso fueron arrancadas de la roca dinamitada.
El vaso medía 11,3 centímetros de alto, era de aleación de zinc, con una fuerte proporción de plata según lo que parece, decorado con delicadeza ; antiguedad estimada, 100 000 años ( véase foto arriba ) En aquella época, viajó de museo en museo, luego desapareció…

* El mismo año, en el mismo Estado, en Springfield, el señor De Witt rompió por accidente un trozo de cuarzo aurífero que había traído de California.
En el interior se encontraba un clavo de hierro forjado de 5 centímetros, ligeramente corroído, derechísimo con una cabeza perfectamente formada.
La piedra tenía un millón de años.

* En 1851, otra vez, en el Condado de Whiteside ( Illinois ), durante unas excavaciones dos objetos de cobre fueron sacados de una profundidad de 36 metros. Se parecían a un anzuelo y un anillo, viejos de unos 150 000 años.

* En 1865, un trozo de feldespato, extraído de una mina de Treasure City ( Nevada ), contenía restos oxidados de un tornillo afilado.
La piedra tenía 21 millones de años.

* En agosto de 1870, en Lawn Ridge, cerca de Peoria ( Illinois ), junto con dos compañeros, J.W. Moffit encontró una pieza en los escombros de un pozo artesiano que estaban perforando.
El Profesor A. Winchell estudió el objeto compuesto de una aleación de cobre desconocida en aquella época. A pesar de la corrosión, la pieza redonda tenía aristas muy netas y uniformes en su espesor. El dibujo representaba una cara femenina coronada y parecía grabado con ácido. En la otra cara, un animal de orejas largas y puntiagudas con una larga cola deshilachada, venía acompañado de otro, parecido a un caballo. En el contorno de las dos caras se divisaban unas letras de escritura desconocida.
Encontrada a más de 30 metros de profundidad podría tener entre 100 000 y 150 000 años.

* En el otoño de 1885, un objeto cúbico fue encontrado en un bloque de carbón del terciario ( antiguo de 60 000 millones de años ) en una mina de Alemania.
El paralelepípedo fue examinado por el Dr A. Gurlt. Según las publicaciones de 1886 sobre este objeto, fue interpretado primero como un meteorito fósil y parece ¡ "trabajado, fabricado" !…
El objeto mide 7 centímetros por 7 sobre 4,5 y su densidad es de 7,75. Cuatro de sus caras son perfectamente llanas, y las dos opuestas ligeramente convexas. Una ranura profunda le rodea a media altura.
A principios de siglo se le hizo un molde de yeso porque aparecía deteriorado por las diferentes muestras que le sacaron.
En 1910 desapareció del inventario del museo de Salzburgo donde se guardaba.
Desde 1950 hasta 1958 se expuso en el museo nacional de Oberosterreichisehes de Linz ( Austria ) donde se conserva también el molde.
Pertenece ahora al Sr O.R. Bernhardt del museo Heimathaus de Vöcklabrück en Austria.
Estudios complementarios hechos por diversos institutos científicos de Viena, en 1966-67, 1973 y 1986 sacan la conclusión definitiva que el objeto es de arrabio, no es un meteorito y fue colado en un molde.
El objeto ¿ realmente fue encontrado en carbón ? o ¿ procede de una fundición antigua ?

* En 1891, en Morrisonville en Illinois, al romper un bloque grande de carbón, la Señora S.W. Culp encontró una cadenita de oro de unos 25 centímetros de largo, cuyas extremidades aparecían cogidas en dos trozos distintos.

DETALLES VARIOS

El Hierro de Wolfsegg, (o el Cubo Salzburgo), es un pequeño trozo de hierro, encontrado dentro de un bloque de carbón en el pueblo de Wolfsegg, Austria.

Este objeto es interesante porque su origen es un misterio. Esto a veces era usado como pruebas que allí existieron, en veces remotas prehistóricas, civilizaciones que sobrepasaron al género humano moderno en el desarrollo tecnológico.

Un informe que apareció en el diario científico Nature (volumen 35, 11, noviembre 1886, pag 36) describe el objeto como " casi un cubo", "con una incisión profunda ".

El hierro mide 67 mm de alto, 67 mm ancho, y 47 mm en la parte más gruesa (espesa). Pesa 785 g, y su gravedad específica es 7,75

Hay posibilidad que el objeto es un meteorito de hierro, considerando su composición y la superficie característicamente picada. No es actualmente claro como un meteorito obtendría esta forma peculiar.

El Hierro de Wolfsegg sufrió el examen en 1966 en el Museo de Historia natural en Viena. La opinión final de Doctor Kurat del Museo y Doctor R. La parrilla del Geologisches Bundesanstalt en Viena es que el objeto es hierro fundido simplemente artificial. Podrían ser que tales objetos de hierro fueran usados como lastre con la maquinaria de explotación primitiva. Sin embargo, allí no aparece ninguna prueba que tales bloques de hierro fueron fabricados para la minería, y sólo uno alguna vez fue encontrado, que sugeriría contra esta idea.

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Tarro de Dorchester

En 1851, se extrajo un jarrón o tarro de zinc y plata de una roca sólida en Dorchester (Massachusetts). El hallazgo fue publicado en el Scientific American de junio de 1851 (volumen 7, pp. 298-299); se extrajo de roca conglomerado (un tipo de roca sedimentaria) encontrada a 15 pies por debajo de la superficie de Meeting House Hill en Dorchester. El recipiente, de forma acampanada, tenía motivos florales incrustados en plata.

Se dató la antigüedad del objeto en unos 100.000 años, con lo cual, de ser cierta, se ganaría su calificación de artefacto fuera de lugar. Desgraciadamente, el artefacto desapareció tras circular por varios museos.

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Artefactos Coso de los Estados Unidos

En febrero de 1961, los residentes de la montaña Coso en Olancha, California, descubrieron una pieza de cuarzo extremadamente dura en una altura de más de 400 pies, 40 pies más alto que los lechos del río Owen.

Las superficies cortadas del cuarzo hacen pensar en los restos de algunos aparatos mecánicos. Su estructura muestra la complejidad extrema de materiales hechos por el hombre. Lo que es más remarcable es que el cuarzo puede ser datado hasta hace 500.000 años atrás.

El cuarzo Coso ha sido llamado el “artefacto Coso” y la sustancia misteriosa es posiblemente como la bujía de un motor de combustión.

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Materiales de Coso hechas por el hombre

La esfera negra de Ucrania

Ucrania, como cualquier otro país del Este Europeo es célebre por las bajas temperaturas que en los meses de invierno asolan su territorio. Pero, al igual que en la vecina Rusia, también esconde en sus entrañas misterios que merecen ser rescatados del olvido. La esfera negra es uno de ellos.

Lo que a simple vista llama la atención es que no se trata más que de eso, una especie de mineral circular no muy grande y con tonos pardo-negruzcos en toda su superficie. Sin embargo, si nos paramos a indagar en su historia, es cuando empezamos a observar que los análisis efectuados sobre la misma han concluido con resultados ciertamente singulares.

¿De dónde proviene?

La extraña formación fue encontrada en el año 1975 al oeste de Ucrania, concretamente en el interior de una cantera de arcilla situada a unos ocho metros de profundidad. Lo primero que llamó poderosamente la atención del trabajador que se topó con ella fue su forma anormalmente regular para haber estado situada en una capa arcillosa que podría rondar los 10 millones de años.

Al golpear el objeto no lo partió, pero sí se desprendió una pequeña lasca, permitiendo vislumbrar el interior, compuesta por una sustancia semejante al cristal. El hombre recogió aquel pedrusco y lo llevó a su casa. Una vez allí consideró que su joven hijo disfrutaría más que él con el misterioso "juguete", y sin pensarlo dos veces se lo regaló. El niño, inconsciente de lo que tenía en sus manos, lo dejó en el colegio, y allí un avisado profesor intuyó que se trataba de algo más que una simple y caprichosa formación rocosa.

La esfera pasó unos años en el museo de la localidad, hasta que, casualidades del destino, cayó en manos del profesor Boris Nikolayevich Naumenko, miembro del Instituto de Física de la Tierra de la Academia Rusa de las Ciencias.

El descubrimiento de Naumenko posibilitó que finalmente se hicieran cargo de la investigación dos auténticas instituciones científicas: el doctor Menkov, del Instituto de Física de Moscú, y su colega Valentín Fomenko, de la Asociación Industrial y Científica "Soyuz". Desde un primer momento, tras establecer el programa de analítica a desarrollar, se marcaron como propósito común no deteriorar en medida alguna la piedra, cuyo origen podría ser extraterrestre.

Algunos datos técnicos.

La esfera tiene forma ovoide, el eje de simetría mide 8,75 centímetros, y el diámetro perpendicular de mayor longitud es de 8,47 centímetros. Su peso es de 617,22 gramos. Su densidad, de 1,934 gramos/centímetro cúbico, es inferior a la del cristal, el cuarzo o la obsidiana.

Un punto importante del estudio fue identificar la edad de la misma. Tras efectuar el proceso pertinente, la diferencia este último método y la datación geológica apenas presentaban diferencias.

Por consiguiente, y teniendo en cuenta que se trata de un objeto aparentemente artificial, ¿quién lo realizó hace la friolera de 10 millones de años, y con qué intención? El doctor Fomenko llevó a cabo, con una unidad industrial de rayos X RUP 150/300, una radiografía de la esfera, comprobando que el núcleo, semejante a medio huevo, poseía una densidad menor que cero, es decir, se trataba de una masa negativa. Los datos anteriormente expuestos, unidos a que su supuesta antigüedad está muy lejos del alcance de cualquier actividad humana, deja abierta la posibilidad de que fuera construida por una civilización desconocida hasta la fecha. Obviamente, si se especula con la probabilidad de que la masa del núcleo sea negativa, los doctores rusos han llegado a plantear la hipótesis de que se trate de un depósito de antimateria, empleado - siempre hipotéticamente - como una fuente de energía.

La investigación sobre la misteriosa esfera negra continúa, incluso en manos de parapsicólogos, que se han apresurado a afirmar que el artilugio tiene la inquietante facultad de transmitir "energía psíquica". Pero eso ya es otra historia. TODO ES UN MISTERIO HASTA QUE DESCUBRAMOS LA VERDAD.

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Euzébio
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Mensagem por Euzébio »

Muchas gracias, omega! Todo esto és maravilloso y inquietante...
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eDDy
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Mensagem por eDDy »

Sobre a esfera, temos um bom topico aqui... Dê uma pesquisada aqui no nosso forum, omega, talvez encontre algo interessante que ainda não saiba sobre ela.
Euzébio
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Mensagem por Euzébio »

Acho que não, Eddy. A esfera a que você se refere é aquelas esferas sulcadas da África do Sul. Esta que o amigo nos trouxe é da Ucrânia.
Ad Honorem Extraterrestris
omega
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Mensagem por omega »

La esfera de ucrania tiene al rededor de 10´000.000 de años, ¿quién elaboró ese objeto?. No se si en el foro se comparta la teoría de los crononautas, humanos del futuro que viajan al pasado e intencionalmente dejan objetos sofisticados para plantear dudas y rompecabezas en el presente. es una de las teorías planteadas para responder a la pregunta que formulan los OOPARTS.

Mas ooparts:

Esta pisada es muy particular, porque ha aplastado bajo su suela ni más ni menos que trilobites. Los trilobites pertenecen a un orden extinto, pariente de los arácnidos y los crustáceos marinos como los cangrejos y langostas, que floreció hace unos 320 millones de años y se extinguió por completo hace 280 millones de años. Como se sabe, se piensa que los humanos, como especie, existimos desde hace entre 2 y 3 millones de años. Es imposible que un humano, y menos uno calzado con una sandalia, haya aplastado un trilobite al mismo tiempo que dejaba su huella para la posteridad.

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En las últimas décadas, varios mineros sudafricanos han hallado numerosas esferas metálicas, algunas de las cuales presentan tres ranuras paralelas alrededor de su ecuador. Pueden dividirse en dos tipos: las primeras, de un metal sólido azulado con manchas blancas, y las restantes, huecas y repletas de un material esponjoso blanco.
Según Roelf Marx, director del Museo de Klerksdorp (Sudáfrica), los objetos parecen artificiales, pero el estrato de roca donde fueron encontradas corresponde a una era en la que no existía forma de vida inteligente. El científico señala que los depósitos en los cuales se produjo el hallazgo se formaron por sedimentación hace unos 2.800 millones de años, resultando de ellos un mineral bastante blando en comparación con el de las esferas, ya que su dureza es tal que no puede ser rayada por el acero.

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Viejo martillo de hierro con su gastado mango partido. Apareció incrustado en el interior de una roca, lo que desde un principio obligó a los estudiosos a sospechar que tenía una antigüedad extrema. La madera del mango del martillo estaba fosilizada y la cabeza, de hierro, se fundía con la piedra. ¿Qué significaba esto?, que el martillo era anterior a la roca. Datando así de una época anterior a la existencia de nuestros ancestros.

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Pila eléctrica de Bagdad: una pequeña vasija de arcilla dotada de una tapa de asfalto, atravesada por un tubo de cobre que albergaba una varilla de hierro corroida por el ácido. El egiptólogo alemán Arne Aggebrecht hizo una réplica en base al original, usando como líquido alcalino zumo de uvas. Sumergió una estatuilla de plata en la solución que produce electricidad, y fue capaz de dorarla en dos horas. Eggebrecht estaba satisfecho por el éxito de su experimento, pues probaba el uso de la pila eléctrica en Oriente 1800 años antes que de que Volta y Galvani la hicieran suya. Pero la comunidad científica le dio la espalda.


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Decenas de objetos arqueológicos desafían todo lo que sabemos sobre nuestro pasado. A menudo, la ciencia oficial ignora estos hallazgos…

Cuando pensamos en el hombre prehistórico, de inmediato nos viene a la mente la imagen de un cavernícola emitiendo sonidos guturales. Sin embargo, a menudo se olvida que entre los Homo sapiens de hace 150.000 años y nosotros no hay ninguna diferencia. Somos iguales. Lo único que ha cambiado desde entonces es que cuando nosotros miramos hacia atrás vemos cómo hemos discurrido por una senda sobre la cual los conocimientos científicos se han ido acumulando. Sin embargo, aquellos hombres de la Edad de Piedra tuvieron que partir de cero y empezaron un recorrido durante el cual hubo momentos puntuales en los que alcanzaron conocimientos que posteriormente se perdieron de nuevo durante cientos o miles de años…

Hace nueve milenios, nuestros ancestros estaban abandonando las cuevas para comenzar a desarrollar la agricultura. Eran los primeros pasos camino de la aparición de las civilizaciones. Se trata del periodo llamado Neolítico, una época en la cual es impensable admitir que se hubiera desarrollado cierto grado de tecnología aplicada a la salud humana. Pero parece que así fue. Al menos eso es lo que se deduce de un informe publicado por la revista Nature el pasado 6 de abril, en donde los investigadores de las universidades de Poitiers (Francia) y Kansas (Estados Unidos) dieron a conocer los hallazgos que efectuaron en Mehrgarh (Pakistán).

Los estudiosos descubrieron en la zona 225 tumbas, de las que extrajeron más de cuatro mil piezas dentales para conocer las costumbres, la alimentación y las enfermedades que sufrían aquellos hombres. Pero a los investigadores les esperaba una sorpresa mayúscula, puesto que entre las muestras descubrieron 11 piezas que presentaban… ¡operaciones quirúrgicas! Lógicamente, los medios de comunicación que dieron a conocer el hallazgo incidieron en la idea de que los hombres de la Edad de Piedra acudían al dentista. En cierto modo, así es…


Dentistas en la Edad de Piedra

La investigación de las piezas dentales fósiles reveló la presencia de microperforaciones de minúsculo tamaño con paredes regulares. Dichos “agujeros” tienen un diámetro de entre 1,3 y 3,2 milímetros y una profundidad que oscila de 0,5 a 3,5 milímetros. Además, el estudio de las piezas reveló que las intervenciones dentales fueron exitosas, ya que se descubrieron rasgos evidentes de que aquellos hombres que acudieron a los dentistas prehistóricos lograron vencer su afección. Como hipótesis, los estudiosos franceses plantearon que se utilizó para ejecutar las perforaciones una especie de tornos que percutían y giraban sobre sí mismos.

Hasta este hallazgo, se suponía que las primeras operaciones dentales de la historia se habían llevado a cabo en Egipto hace cinco mil años. Sin embargo, este nuevo descubrimiento sitúa el origen de la ortodoncia otros cuatro mil años antes y en el valle del Indo, en donde emergería tiempo después la fascinante y misteriosa civilización hindú. Además, la técnica utilizada en Mehgarth, aún siendo mucho más antigua que la de los egipcios, estaba mucho más perfeccionada. Tanto es así que no fue hasta el siglo XIX que la medicina no logró algo similar. Todo esto quiere decir que aquel conocimiento se perdió en el curso de la historia y hubo que esperar miles de años para que se recuperara. Por si fuera poco, la investigación encabezada por Roberto Macchiarelli y David W. Frayer concluyó que, tras la perforación de la muela, lo que hicieron aquellos hombres fue cubrir el orificio con una suerte de cemento, es decir, lo que hoy llamamos un empaste, puesto que según los investigadores la razón de estas operaciones era terapéutica. Por último, cabe señalar que posiblemente se empleó algún tipo de hierba con propiedades anestésicas y tranquilizantes para mitigar el dolor que debía producir la operación.

“Es inusual, y no sólo eso, también es enigmático”, ha declarado el antropólogo John R. Lukacs, de la Universidad de Oregón (Estados Unidos). No es que aquellos hombres usaran una tecnología que hoy nos parecería ciencia-ficción, pero la técnica sí superaba a la que empleábamos hace apenas 150 años. Y es que este es el fundamento de los OOPARTs, siglas que vendrían a significar “objeto fuera de su tiempo”, debido a que se trata de restos arqueológicos que denotan una serie de conocimientos impropios de la época en la que han sido datados. De entre todos los OOPARTs, uno de los más emblemáticos es la llamada máquina de Antikythera, sobre la que ENIGMAS ofrece los últimos datos en el presente número. La incógnita que hasta ahora plantean estos objetos es que parecen surgir de forma espontánea y los conocimientos que reflejan se “olvidan” del mismo modo hasta que pasan milenios. Sin embargo, los hallazgos efectuados en Pakistán no son los únicos de estas características. Por extraño que resulte, en otros momentos del pasado remoto se empleó una suerte de tecnología aplicada a la salud humana.

Lentes de aumento hace 3.000 años

Nos situamos en el año 1849. En aquellas fechas la ciencia desarrollaba las primeras lentes de aumento que, con el paso de las décadas, servirían para corregir los problemas de visión de millones de personas. Al mismo tiempo, en Nimrud, la antigua capital de Asiria, el arqueólogo Austen Henry Layard efectuaba una serie de descubrimientos sobre los cuales nadie volvería a interesarse hasta 1966. Por entonces, investigadores como Derek de Solla Price, profesor de Historia de la Ciencia de la Universidad de Yale (Estados Unidos), estudió uno de aquellos objetos que, por su aspecto, parecía una lente pulida de una pieza de cuarzo de gran calidad y sin imperfecciones internas. El estudioso incluso descubrió alrededor del cristal una serie de virutas de metal que le hicieron suponer que la lente estuvo acoplada a algún tipo de montura: “Todo apunta a que se trata de una lente de forma tiroidal elaborada con esa forma a propósito. Y las lentes de este tipo sólo tienen un uso: corregir el astigmatismo”. El problema científico es que estas “gafas” –un OOPART en toda regla– tienen 1.500 años de antigüedad más que las primeras confeccionadas por la ciencia moderna.

De Solla Price continuó con sus investigaciones y halló otros muchos restos similares. Sólo en Cartago o Troya catalogó, respectivamente, 16 y 48 cristales pulidos con las mismas características y función. Al parecer, en diferentes pueblos del Mediterráneo y de Asia Central se fabricaron desde hace 3.000 años, con cierta asiduidad, este tipo de lentes que fueron pulidas utilizando un tipo de herramientas que hasta ahora nos resultan desconocidas.


Fuera de su tiempo

Otro artefacto verdaderamente sorprendente se encuentra en la actualidad –afortunadamente, sobrevivió a los bombardeos norteamericanos y al saqueo por parte de los soldados invasores– en el Museo de Bagdad (Irak). Ha sido datado en 2.000 años de antigüedad, aunque no se encontró hasta 1938. Se trata de una especie de jarrón que contiene en su interior un cilindro de cobre que rodea a una varilla de hierro. El ingeniero alemán Wilheim Konning descubrió que si ese cilindro se une a un líquido alcalino genera una intensidad eléctrica de 1,5 vatios. Se trataba, en realidad, de una pila eléctrica desarrollada dos milenios antes que la primera de las modernas. Recientemente, se hicieron nuevos trabajos y catálogos fotográficos del OOPART, lo que se aprovechó para confirmar que esta pieza podía servir para generar electricidad.

Otros objetos similares se localizaron en 1961 en la localidad de Olancha, en California (Estados Undidos), en donde unos arqueólogos aficionados hallaron una geoda recubierta por conchas marinas. Cuando al día siguiente la abrieron, descubrieron en su interior unas piezas de metal pulido y una arandela hexagonal recubierta de cobre junto a un aislante de porcelana o cerámica. Cuando el investigador Roland Willis se hizo con “aquello” descubrió que era exactamente igual a una bujía, pero, ¿quién fue responsable de haberla fabricado? Nadie lo sabe, especialmente porque la datación de la citada geoda determinó que tenía 50.000 años de antigüedad. Y no es que entonces no existieran conocimientos para fabricar algo así, sino que de acuerdo a la cronología oficial los seres humanos no habíamos pisado todavía el continente americano.

La despectiva imagen de los cavernícolas queda en entredicho cuando se rescatan de los arhivos prohibidos de los arqueólogos algunos hallazgos sorprendentes pero desestabilizadores. Uno de ellos mos remonta a 1969, cuando en los Urales (Rusia) se descubrieron ocho esqueletos –aparentemente de neandertales– en los cuales había restos evidentes de una trepanación. Con el tiempo, se han desenterrado muchos cráneos con agujeros abiertos de forma quirúrgica para posiblemente intentar vencer alguna enfermedad. Además, en esos esqueletos existen restos de una aparente intervención en la caja torácica tal cual se hacen ahora para llevar a cabo una operación a corazón abierto. Y si ocurrió tal, fue positiva, puesto que el análisis forense demostró que tras la intervención aquel hombre vivió entre tres y cinco años más. Recientemente, en otros yacimientos de neandertales en Bosnia se han encontrado huesos con agujeros que resultaron ser silbatos o flautas musicales capaces de emitir las mismas notas que las actuales.

Algunos de estos hallazgos imposibles son realmente atroces con la cronología oficial. Pero aún siéndolo, ahí están. Uno de los más llamativos emergió en 1961 en Odesa (Ucrania) gracias a los investigadores T. S. Gritsai e I. J.Yasko. Se trataba de huesos pulidos que tenían un millón de años de antigüedad, pero según los datos oficiales, por entonces nuestros ancestros sólo habían desarrollado herramientas muy rudimentarias. Sin embargo, aquéllas no lo eran, puesto que se trataba de “huesos que debieron ser cortados con instrumentos metálicos con los que se logró cortes milimétricos”, publicó la revista Smena, en donde calificaban como bisturís estos fósiles. No lejos de allí, en Rostov (Rusia), un minero encontró en 1993 un trozo de metal fundido compuesto de acero tratado con una aleación. Además, a orillas del río Vashka se halló un objeto metálico formado por una singular aleación de metales: cerio, lantano y meodimo. Era artificial y la antigüedad se cifró en 300.000 años. El problema es averiguar quién practicaba la metalurgia en aquella época…
omega
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Mensagem por omega »

El disco del Príncipe Sabu

En la primera planta del Museo Egipcio de El Cairo y entre dos salas muy próximas a la Sala de las Momias, uno no puede por menos que pararse sorprendido al ver en una pequeña vitrina, aunque no sin cierta dificultad por los reflejos de la luz sobre el cristal que lo cubre, un objeto solitario parecido a una rueda o disco de piedra.

Este extraño objeto al que nos referimos ha desconcertado y sigue desconcertando a todos los egiptólogos que han tenido ocasión de estudiarlo detenidamente. El primero de ellos fue su descubridor, Brian Walter Emery, uno de los egiptólogos más importantes del Siglo XX, autor de un clásico de la egiptología, Egipto Arcaico, 1.961, que sigue constituyendo, después de muchos años, un claro referente bibliográfico para el estudio y comprensión de los orígenes de la Antigua Civilización Egipcia.

Realizando unas excavaciones en el año 1.936, en la zona arqueológica de Sakkara, fue descubierta la Tumba del Príncipe Sabu (nº 3111), hijo del faraón Adjuib, gobernante de la I Dinastía (3.000 a. C.). Entre los utensilios del ajuar funerario que fueron extraídos, a B. Walter Emery le llamó poderosamente la atención un objeto que definió inicialmente en su informe Las Grandes Tumbas de la I Dinastía como: -...un recipiente con forma de tazón de esquisto...-. Años más tarde, en su obra citada con anterioridad, Egipto Arcaico, hacía un comentario que viene a resumir perfectamente la realidad y situación de este incómodo "cachivache": "...... no se ha conseguido ninguna explicación satisfactoria sobre el curioso diseño de este objeto......".

Este objeto al que se refería B. Walter Emery en sus informes, tiene 61 centímetros de diámetros, y 10,6 centímetros de altura en la zona central. Está fabricado es esquisto, una roca muy quebradiza y frágil, que requiere un tallado muy laborioso. Su forma se asemeja a la de un plato o volante de coche cóncavo, con una especie de tres cortes o palas curvas que recuerdan a la hélice de un barco, y en el centro de ésta, un orificio con un reborde que sobresale como si fuera el receptor de algún eje de una rueda o de algún otro mecanismo desconocido, dispuesto para girar.

Como bien es sabido por todos, la postura que mantiene la egiptología oficial respecto a la aparición y uso de la rueda por parte de los antiguos egipcios, es muy clara y no deja lugar a ninguna duda. Su introducción en Egipto nos aseguran, fue debida a la invasión de los hicsos al final del Imperio Medio, 1.640 a. C., que la utilizaron, entre otras cosas, en sus carros de guerra, y que era conocida también en ese momento por otros muchos pueblos de Oriente Medio. La pregunta entonces es inevitable: si no es una rueda, ¿qué es el extraño objeto que apareció en la Tumba de un príncipe de la I Dinastía, 1.400 años antes de la invasion de los hicsos?.

A pesar de la complejidad de este problema, el tema se agudiza aún más a raíz de los estudios técnicos que diferentes investigadores han llevado acabo, impulsados por el sorprendente y extraño diseño de este artilugio.

El también egiptólogo Cyril Aldred llegó a la conclusión de que, independientemente de lo que fuese aquel objeto, su diseño se correspondía sin duda, a una reproducción de un objeto metálico anterior mucho más antiguo. De hecho, esta rueda de esquisto apareció en la Tumba del Príncipe Sabu, junto con otros extraños objetos de cobre, prácticamente el único metal que conocían los egipcios en aquella época. La duda nos asalta al pensar cómo pudieron diseñar un objeto tan delicado y tan complejo estructuralmente, hace más de 5.000 años. Una estructura que en el caso de sus tres extraños cortes o palas curvas, nos induce a pensar casi inmediatamente en la utilización de este objeto en un medio líquido. Este detalle, junto al orificio sobresaliente en la parte central, nos hace sospechar también que este objeto sólo sea una pequeña parte de algún mecanismo más complejo, y que se salvó gracias a una reproducción en piedra que por alguna desconocida razón, realizó un artista, con unas no menos desconocidas herramientas.

Pero..., ¿qué mecanismos existían hace 5.000 años en el Valle del Nilo?.

Dentro de la típica política de los arqueólogos y egiptólogos oficialistas, este objeto no es más que una bandeja o el pedestal de algún candelabro, con un diseño producto de la "siempre recurrida casualidad". Aunque también es casualidad, que este curioso objeto coincida con el diseño de una de las piezas que la Compañía Lokheed de Misiles y del Espacio, desarrolló para ser encajada herméticamente dentro de un cárter lleno de lubricante. Sea lo que sea, este objeto encontrado en una tumba de Sakkara con una edad que como mínimo alcanza los 5.000 años, sigue constituyendo uno de los misterios mejor guardados entre las paredes del viejo Museo de El Cairo.

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Localización de la Tumba del Príncipe Sabu (nº 3111) en la Necrópolis de Sakkara.

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El polémico disco de esquisto procedente de una tumba de la I Dinastía.

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Detalles técnicos curiosos que pasan desapercibidos a primera vista, como lo son estas pequeñas estrías, hacen más peculiar a este curios objeto.

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Frontal y horizontalmente, este objeto de 5.000 años no deja de recordarnos a una de nuestras modernas piezas empleadas en la industria tecnológica.

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La disposición de su diseño indica claramente que algún tipo de eje atravesaba este enigmático objeto por el orificio situado en su zona central.